Existen dos armas poderosas del liderazgo: la mente y el corazón. El poder que te da la mente o la inteligencia racional (IQ) de un líder, que es la capacidad de análisis y estrategia. Y el poder del corazón que es la inteligencia emocional (IEQ), es decir, la capacidad de conectar con otras personas e influir en ellas.
Todo buen líder necesita desarrollar ambas.
Todo líder tiene la posibilidad de mejorar significativamente su habilidad de análisis y estrategia: estudiando su negocio, la historia, la competencia, desarrollando experiencia en su producto, su rol y la empresa; conociendo a sus clientes y sus necesidades. En el caso de la inteligencia emocional, todo líder entiende que es imposible lograr resultados significativos si no logras influir en tu organización, tus aliados y tus clientes.
Para evaluar y desarrollar la inteligencia emocional necesitamos comenzar por cuatro pilares:
- Auto consciencia
- Auto gerencia
- Consciencia social
- Gerencia de relaciones
Ana Gabriela Nuñez Esquivel
RCS Office